sábado, 29 de octubre de 2022

La tarjeta Postal Ilustrada en La Ciudad de Sigüenza 1901-1975

    Con la publicación de este libro, Sigüenza queda incluida dentro de las ciudades españolas que rescata y cataloga su extenso patrimonio con sus tarjetas postales ilustradas.

La tarjeta postal ilustrada en la Ciudad de Sigüenza 1901-1975
    A través de ellas, podemos descubrir su riqueza monumental y su atractivo histórico, así como investigar y divulgar el patrimonio iconográfico de la ciudad, que se encuentra también conservado en: películas, fotografías, grabados, pinturas, etc., con todo ello podemos revivir el pasado familiar, recordar sus antiguas calles y los paseos de los hombres y mujeres que nos precedieron.


    Con esta publicación queremos introducir al lector en un recorrido visual de una ciudad que quiere sentirse viva, a través de las imágenes de doscientas sesenta y cinco postales de Sigüenza, que corresponden al periodo que va desde 1901 a 1975. Gracias al coleccionismo de quienes somos amantes de las tarjetas postales y otras colecciones que mantenemos, queremos dejar un gran legado a quienes nos sucedan.


    Todas las tarjetas postales incluidas forman parte de nuestra colección familiar y están reproducidas en su tamaño real, sin ampliarlas ni reducirlas; a su color, en facsímil, para que el público pueda conocer exactamente cómo eran las postales del siglo XX.


    Detrás de la personalidad del coleccionista de la tarjeta postal local, existen algunas características innatas o adquiridas, que queremos trasmitir al lector a través de esta publicación que ahora tiene en sus manos, como: ser un apasionado de la historia local, amante de sus tradiciones y respetuosos con el pasado de sus padres y abuelos; interesarse por los monumentos, edificios, calles, plazas o rincones desaparecidos o transformados, y su satisfacción será mayor cuando puedan incluirse en su colección ejemplares que hayan podido cumplir fielmente estas misiones.


    La vida seguntina pasa por estas postales que hemos elegido, entre millares de ellas, seleccionadas en apartados: tarjetas postales comerciales, panorámicas típicas de la ciudad que se dibujan desde el horizonte, en vistas de bonitas plazas, calles, la Alameda, barrios y alrededores; en panorámicas del Castillo (Parador Nacional), Murallas, la Catedral y sus interiores, iglesias, conventos,ermitas, el Doncel, uno de sus grandes reclamos turísticos, palacios, la enseñanza, museos y pintores, ferias y mercados, la industria y el transporte.

    Sigüenza siempre ha sido considerada como una ciudad muy turística, incluida en las guías de España llenas de ilustraciones. La primera guía que se conoce data de 1885, de Emilio Valverde y Álvarez; en 1913 Rafael Aguilar y Cuadrado, "El Arte en España, Catedral de Sigüenza" con cuarenta y ocho ilustraciones; en 1929 el Patronato Nacional de Turismo edita una guia "Sigüenza" con ilustraciones y planos por Elías Tormo y Monzón.


    Enrique Sánchez Rueda en su guía editad
a hacia 1929, "Sigüenza su veraneo y excursiones": describe la impresión que le causa la vista de la ciudad desde el valle del Henares:


"Desde la estación de ferrocarril se ve toda la población como un apretado racimo de edificios, que parecen trepar afanosos para ganar la altura. En la cumbre el histórico Palacio Fortaleza. En el centro la catedral, majestuosa y severa; al pie el boscaje de sus huertas y jardines y la frondosidad de sus centenaria Alameda".


"Esta ciudad, por su antigüedad, por la hermosura y variedad de sus paseos y de sus próximos y bellos paisajes, por su bonito pinar, por sus antiquísima catedral, una de las más bellas de España, tan digna de visitarse, que forma su más preciada corona".


    Los lectores de este libro tienen la oportunidad de disfrutar de esta importante colección de postales ilustradas, de la que algunos recordarán y otros descubrirán la amada ciudad del pasado.


    "Que nuestras raíces no se pierdan para beneficio de las nuevas generaciones"


Luis-Gonzalo Carpintero Barrena
(Introducción del libro "La tarjeta Postal Ilustrada en la Ciudad de Sigüenza 1901-1975)




El Castillo-Palacio de los Obispos de Sigüenza (Parador Nacional)

 El castillo-alcazaba y palacio de los obispos de Sigüenza es uno de los principales alcázares que hay en España.

    El lugar en que se asienta la fortaleza es en la meseta de un altozano que domina la ciudad mitrada, y a ella se asciende por empinadas calles.


    El primitivo castro, que destaca al Sur de la misma ciudad, fue de origen celtibérico. Posteriormente fue utilizado por los romanos, a juzgar por los cimientos de algunos de sus torreones, constituidos por sillares romanos. Más tarde los visigodos construyeron un castillo puesto fortificado. Los árabes levantaron, sobre sus ruinas, una magnífica alcazaba, y a su reconquista, por los cristianos, se reconstruyó ya el gran castillo-medieval del siglo XII, que hoy permanece. La planta del castillo forma un paralelogramo de área muy extensa, alargada de Norte a Sur, con un gran recinto torreado, dentro del cual existe amplio patio central capaz para acoger a toda la población civil. Consta de múltiples y diversos salones, elementos, etc., que conjuntan un interesante edificio militar-medieval. Destacan en él la barbacana y cubos gemelos de la entrada principal que construyó don Simón Girón de Cisneros, Obispo de Sigüenza (1300-1326). Su conjunto da idea de lo que fue el castillo-palacio en la época de los obispos de Sigüenza, completado, en los buenos tiempos del siglo XV, por el cardenal don Pedro González de Mendoza, obispo de Sigüenza (1468-1495) que lo ensanchó haciéndolo capaz para alojar 1.000 soldados de a pie y tantos de a caballo como días tiene el año.


    Del foso puede advertirse todavía su situación por el lado occidental,  y sobre cuya ladera muestra el castillo tres torreones flanqueantes cuadrados, destacando, sobre todo, el del ángulo septentrional, que es majestuoso.


    Las habitaciones principales estaban en los torreones, pero durante las variadas vicisitudes seculares por las que pasó la fortaleza se añadieron otras estancias, bastardeando y restando al edificio las características que poseía de verdadera fortaleza castrense y palacio al mismo tiempo.



    En el robusto torreón central se conserva la cámara real, decorada con lacería de ritmo mudéjar, aposento de triste recuerdo, que albergó los temores y lágrimas de una desgraciada princesa, doña Blanca de Borbón, reina de Castilla, tan injustamente recluida aquí por su esposo don Pedro I «El Cruel», rey de Castilla (1350-1369), que la repudió para siempre al siguiente día de su boda.


    Sin perjuicio de su carácter o finalidad militar, fue habilitado para vivienda fortificada de los obispos seguntinos, que lo moraron hasta la guerra civil-carlista (1833-1840).


    En 1812, después de la ocupación francesa, según tradición, un sargento de artillería prendió fuego al castillo, causando su casi total destrucción.


    Cuando en 1836 don Ramón Cabrera y Griñó, famoso general carlista, y el caudillo Quílez, que le acompañaba, entraron en Sigüenza, lo asaltaron y se encastillaron en él, destrozándolo interiormente. Acababan de fusilar a la madre de «el Tigre del Maestrazgo», sin formación de causa. Este hecho contribuyó, naturalmente, a exacerbar la crueldad de Cabrera, aumentando los horrores de la guerra, que llevó, en adelante, con actos de verdadera ferocidad, motivando esta circunstancia que al retirarse los carlistas de Sigüenza, por la persecución de las fuerzas liberales, ordenase, el caudillo citado, la casi demolición del castillo.


    Tras su secular abandono y ruina, ha sido totalmente restaurado, conservando la estructuras, salones y disposición primitiva, ajustándose a las necesidades del nuevo destino del edificio, y ahora es utilizado como Parador Nacional de Turismo «Castillo de Sigüenza», obteniendo un uso y visita numerosísima, celebrándose en él frecuentes actos culturales.


D. Felipe-Gil Peces y Rata

(Programa de Fiestas 1985)

miércoles, 3 de agosto de 2022

La traída de aguas a Sigüenza - Gregorio Sánchez Doncel (Programa de fiestas de 1973)

 Colaboraciones literarias en los programas de fiestas de Sigüenza.

    Hemos recogido de viejos periódicos locales algunos datos curiosos a cerca de variados asuntos relacionados con nuestra ciudad, y nos ha parecido de interés consignar en esta publicación los referentes a la traída de aguas a Sigüenza. Sin duda que estos datos son incompletos y acaso inexactos; no intentamos sino transmitir a la imprenta lo que hemos encontrado.

    Hasta el siglo XVII la población de Sigüenza -así lo hemos leído- vino surtiéndose de aguas potables de la llamada «Fuente del Tejar». Pero en dicho siglo, fuera que el caudal de dicha fuente disminuyera o que la tubería de barro sufriera averías a cada paso, el Ayuntamiento resolvió hacer la traída de aguas del manantial que abastece actualmente a la ciudad -se refiere a los finales del siglo pasado-, llamado comúnmente «Los Nacimientos», y situado al oriente del cerro del Otero. Entonces fue necesario construir el acueducto llamado «Los Arcos», obra costosa y de importancia en aquellos tiempos. El ayuntamiento no contaba con fondos para ello, y aprovechando la oportunidad de ir a Madrid una comisión de concejales a gestionar asuntos de la municipalidad, a uno de aquellos se le ocurrió la buena idea de presentarse al Cardenal Zapata, Arzobispo de Toledo entonces y solicitar de él los recursos necesarios. Aceptada la idea por los demás compañeros decidieron tener la entrevista con el Cardenal Zapata. Gozaba entonces este insigne prelado de fama universal en España de hombre caritativo, generoso y esplendido por sus cuantiosos donativos para obras pías y de utilidad pública. La comisión fue recibida por él. Explicando el objeto de la visita, el Cardenal, con su inagotable caridad, les facilitó gran parte del capital necesario. Estos son los datos que se aceptaban por referencia de persona entendida. El acueducto tenía seis arcos, y en su punto medio alcanzaba una altura de 20 o 25 metros aproximadamente. Utilizábase también para el paso de personas, a cuyo fin tenía dos buenos pretiles de sillería. Las incurias del tiempo fueron deteriorando la obra de fábrica. Todavía estaba en uso a finales del siglo pasado -1891-, aunque ya daba señales de peligroso derrumbamiento. No pasaría mucho cuando el Ayuntamiento se vio obligado a levantar nuevo puente sobre el Vadillo, frente a la puerta del Toril.


Acueducto "Los Arcos", frente a la puerta del Toril


    El 20 de junio de 1922 se reunió el Ayuntamiento para tratar de la traída de aguas. En trabajos de exploración se gastaron 3.842,50 pesetas, de las 25.000 donadas por don Juan Núñez; otras 10.000 se invirtieron en instituciones de caridad. Don Bautista Vázquez propuso la traída de aguas desde Villavieja y Los Arroyuelos.

    En 1927 y 28, durante la dictadura, hizo el proyecto el ingeniero seguntino don José García Atance. Consistía en traer las aguas de Rostra y Villavieja, construir un deposito en la parte alta de la población y desde allí distribuirla por la ciudad.

    Luego en 1930 se habló de traer el agua de Mojares; pero su elevado costo, casi un millón de pesetas, lo hizo retirar.

    En 1933 presentó el Sr. Pérez Villamil un estudio del ingeniero don Antonio Cavestany para elevar hasta el fuerte el agua traída de los Nacimientos. El conde de Velayos buscó agua cerca del cementerio, pero no la halló.

    Por fín en el «Boletín Oficial» del 4 de enero de 1935 se publicó el anuncio para las obras de traída de aguas de Rostra y Villavieja. Los proyectos fueron obra de los ingenieros don José García Atance y don Agustín del Valle. Adquirió la contrata el Sr. Marco, y dieron comienzo las obras el día 4 de abril de aquel mismo año.

    Aquí finalizan las notas de mi fichero. Relata refero.

GREGORIO SÁNCHEZ DONCEL

viernes, 30 de diciembre de 2016

Alcaldes de Sigüenza desde el siglo XX

Monarquía Parlamentaria, Alfonso XIII (1902-1922)
1 de enero de 1902Santiago Raso Esparroz
1 de enero de 1904Hipólito Almazán Almazán
1 de enero de 1906Ignacio Gil Rodrigo
1 de julio de 1909Pablo Gutiérrez Olivares
1 de enero de 1910Marcelino Albacete Alvaro
1 de enero de 1912Luciano Toro Somolinos
1 de enero de 1914Antonio Algora Medina
1 de enero de 1916Antonio García Pérez
1 de enero de 1918Luciano Toro Somolinos
1 de enero de 1920Joaquín Ibáñez Martínez
1 de enero de 1922Pedro Trigo Sevil
Dictadura de Primo de Rivera (1923 - 1930)
2 de octubre de 1923Santos Cardenal Gómez
22 de enero de 1924Estanislao de Grandes Urosa
1 de abril de 1924Estanislao de Grandes Urosa
9 de marzo de 1925Felipe Barrena y Alonso de Ojeda
25 de mayo de 1928Fernando Muñoz de Grandes
Final de la Monarquía
15 de febrero de 1930Simón Pareja Caballo
2 de abril de 1930Javier Arroyo García
Segunda República
18 de mayo de 1931Adolfo Franco Lillo
25 de mayo de 1936Francisco Lafuente Moreno
Dictadura de Francisco Franco (1936 - 1975)
11 de octubre de 1936Estanislao de Grandes Urosa
19 de octubre de 1936Anselmo Bernal Lafuente
4 de febrero de 1937Gerardo Sánchez Esteban
28 de abril de 1939Demetrio Rodríguez Pintado
30 de julio de 1940Arturo Aguilar del Hoyo
12 de marzo de 1941Gerardo Sánchez Esteban
20 de agosto de 1944Antonio Labrada Chércoles
25 de agosto de 1947Gerardo Riosalido Andrés
30 de octubre de 1957José Maria Bernal Jimeno
8 de octubre de 1966Gerardo Relaño Ajamil
7 de Agosto de 1970Martín Poyo del Pino
DEMOCRACIA
3 de abril de 1979Juan Antonio Martínez Gómez-Gordo
8 de mayo de 1983J. Vicente Turo Sanz
10 de junio de 1987Juan Carlos García Muela
20 de mayo de 1991Marcelino Llorente
28 de mayo de1995Octavio Puertas Moreno
13 de junio de 1999Octavio Puertas Moreno
25 de mayo de 2003Francisco Domingo Calvo
27 de mayo de 2007Francisco Domingo Calvo
23 de mayo de 2011José Manuel Latre Rebled
24 de mayo de 2015José Manuel Latre Rebled
26 de mayo de 2019María Jesús Merino Poyo
28 de mayo de 2023María Jesús Merino Poyo

Sigüenza durante el califato Omeya

En esta época son escasos los datos que tenemos. Sigüenza quedo reducida a una aldea después de que fuera sometida a grandes tributos en la invasión musulmana de la península.

Sigüenza paso a depender de Medinaceli durante el reinado de Abderramán III; Medinaceli era la gran ciudad desde donde partían las incursiones hacia los reinos cristianos del norte, este mando fortalecer la ciudad a su general Galib.
El cronista Ibn Idarí, en alusión a las obras realizadas en aquella villa por orden del califa cordobés, afirma que Medinaceli se encontraba:
"...desde hace largo tiempo abandonada, situada sobre la frontera oriental [...] los albañiles de toda la frontera fueron reunidos allí para construir el recinto amurallado y dotarlo de cuarteles; los trabajos fueron terminados en septiembre del 946, y los musulmanes pudieron desde entonces habitar aquel lugar con total seguridad.

Existía una vía de comunicación desde Medinaceli hasta Guadalajara. Partía de Medinaceli hasta Sigüenza (Segontia) y seguía paralela  al río Henares pasando por Mandayona, Jadraque, Espinosa de Henares y Guadalajara.
Ibn Hawqal habla de este camino, en el que se invertían dos jornadas; la parada intermedia se hacía en un lugar llamado Sa ´ra al-Qawarir, del que se dice que se encontraba junto a una aguada.

[...] a Guadalajara. Esta es una ciudad grande y Marca fronteriza, famosa por su situación y amurallada con sillares de piedra; está dotada de mercados, alhóndigas y baños. Tiene un Juez y un delegado del califa y en ella residen los alcaides o gobernadores de la frontera como Ahmad ibn Ya´la o Galib. Desde Guadalajara se emprende la mayor parte de las campañas de guerra contra Galicia. Desde Guadalajara hasta "Sa´ra al-Qawarir" hay una etapa. En "Sa´ra al-Qawarir" hay una venta o manzil donde se hospedan los viajantes o trajineros. Desde este lugar a Medinaceli hay una etapa. De ella es gobernador Galib ibn ´Abd al-Rahmán, jefe del ejercito. Su termino y distrito es muy vasto y considerable y la comarca es muy rica en ganado y próspera en toda clase de recursos y bienes. Ella es la ciudad mas importante de Al-Andalus en organizar expediciones y campañas de guerra.

En el Año 975, Galib emprendió una campaña contra una coalición de tropas cristianas que sitiaban el castillo de Gormaz. La campaña finalizó con un rotundo éxito de mawlà califal, el cual parece haber consolidado un considerable dominio sobre las zonas fronterizas medias, concretamente entre Medinaceli y Guadalajara.

Eduardo Manzano Moreno. "La frontera de Al-Andalus en la época de los Omeyas"
Julio Valdeón Baruque. "Abderramán III y el califato de Córdoba"