viernes, 16 de enero de 2015

Poesías a Sigüenza

Esta poesia de Bernabé Herrero, publicada en el programa de fiestas de Sigüenza del año 1929, me llena de recuerdos de mi infancia y juventud, pues allí es donde yo me crié. En ella se jugaban a las "bolas o canicas", las "chapas", "El trompo o peana", etc., etc. Todos los días se ponían los puestos de frutas y verduras de los hortelanos de Sigüenza, los miércoles y sábados el mercado semanal. Y una semana entera en las ferias de San Isidro (Mayo) y San Francisco (Octubre) la glorieta se llenaba de casetas, puestos, barcas y un fotógrafo con cámara de placas donde te sentaba en un caballo de cartón ¿Quién no tiene una foto de esas en casa?... todo esto y mas, se instalaba en la Glorieta. Que sirva como recuerdo a los seguntinos y veraneantes que han conocido la Glorieta desde los años cuarenta hasta mediados de los setenta.


La Glorieta


Glorificas el candor
de la primavera, cuando
los niños están jugando
de tu ámbito en rededor
y, en confusa algarabía
de trinos, la vida empieza
dejando atrás la tristeza
de tu firme simetría.
Carrera, plaza, mercado:
ruido alegre y paz augusta;
la emoción total y justa
del presente y del pasado.
Glorieta, primera unción
que la ciudad nos entrega
Solariega plaza de mi corazón.
Último camino andado.
Tránsito de multitud.
Viejo solar amparado
por la señal de la cruz.
Castellana plaza a la sombra del muro.
Tienes el ambiente puro,
una gracia que es urbana
pero también campesina,
la nobleza en la fachadas,
acacias, piedras labradas
y una fuente cantarina
que interpreta los ensueños de la luna.
¡No se da mejor fortuna
Que la luna en la glorieta!

Bernabé Herrero

Artículo en La plazuela, Enero 2015
por Luis-Gonzalo Carpintero Barrena

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